sábado, 24 de junio de 2017

El espantapájaros


El espantapájaros

Erase un labrador tan avaro que se pasaba los días vigilando para que nadie tocara su huerto. Un día se dijo: "Construiré un espantapájaros para que nadie se acerque a mi huerto."
Hizo con caña los brazos y las piernas y dio forma al cuerpo con paja. Una calabaza le sirvió de cabeza, una zanahoria de nariz y dos granos de maíz le sirvieron de ojos. Para la boca, una hilera de granos de trigo.Luego lo hincó en la tierra. Y como vio que le faltaba un corazón, le colocó entre la paja un corazón de pera. El labrador, satisfecho, se fue a su casa.
Pronto llegó volando un gorrión. El espantapájaros quiso alejarlo, pero el pájaro le suplicó:

- Déjame coger trigo para mis hijos.
Y tanta pena le dio al espantapájaros que le dijo:
- Puedes coger mis dientes, que son granos de trigo.
Al día siguiente, un conejo entró en el huerto:
-Tengo hambre. Quiero una zanahoria.
Al espantapájaros le dio pena ver al conejo hambriento y le ofreció su nariz. Aunque no tenía boca ni nariz para oler el perfume de las flores estaba contento.
Más tarde se acercó un vagabundo:
- El labrador me ha echado de su casa y tengo frío. ¿Puedes ayudarme?
- Coge mi vestido; es lo único que puedo ofrecerte.
- ¡Gracias, espantapájaros! -respondió el vagabundo.
De pronto notó que alguien lloraba. Era un niño que buscaba comida para su madre.
- Toma -dijo el espantapájaros- Te doy mi cabeza de calabaza.
Cuando el labrador llegó al huerto y vio los restos del espantapájaros, se enfadó y le prendió fuego. Sus amigos amenazaron al labrador; pero entonces cayó al suelo algo que pertenecía al monigote: su corazón de pera. El labrador, riéndose, se lo comió diciendo:
- ¿Así que os lo ha dado todo? ¡Pues esto me lo como yo!
Pero al morderlo notó un extraño cosquilleo en su interior y dijo:
- Venid a mi huerto; aquí hay sitio y comida para todos.
Y es que el espantapájaros le había transmitido su bondad.
DOMINGUEZ HERNANDEZ Y CASA AUGE (Adaptación)

Deuteronomio 24:19Cuando siegues tu mies en tu campo y olvides alguna gavilla en el campo, no regresarás a recogerla; será para el forastero, para el huérfano y para la viuda, para que el SEÑOR tu Dios te bendiga en toda obra de tus manos.