sábado, 1 de junio de 2019

Jesús tuvo también su propia historia







  En tiempos de Jesús, Palestina no era un país libre. Desde el año 63 a C. dominaban en ella los romanos. A la cabeza del imperio romano estaba el emperador César Augusto.
En el año 37 a C. los romanos nombraron a Herodes  el Grande rey de los judíos. Al morir su reino fue repartido para sus tres hijos.
Los romanos cuando conquistaban una nación, la anexionaban a Roma como provincia romana y nombraban a un procurador o gobernador que administraba justicia y reclutaba esclavos e impuestos.
Los romanos dejaban en manos de los judíos algunos cargos administrativos y jurídicos y también los asuntos religiosos y morales.
Cobrar impuestos era una función administrativa. Los romanos vendían estos cargos a los judíos ricos pues exigían mucho dinero por ellos; estos judíos eran llamados publicanos y solían abusar de su cargo, cobrando más de lo que marcaba la ley. El pueblo los despreciaba y los tenía por impuros y pecadores.
El Sanedrín era el consejo jurídico y religioso de los judíos encargado de velar por el cumplimiento de la ley y la pureza de las costumbres, de la enseñanza y de la religión. A él pertenecían dirigentes de las familias y de los grupos más poderosos.

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